miércoles, 10 de diciembre de 2014

Qué difícil es ser PYME

 

Recientemente una encuesta de la Comisión Europea sobre el acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas en la UE[1] nos revela que más de un tercio de las empresas encuestadas no consiguen la totalidad de los préstamos bancarios que necesitan. Este estudio también nos muestra que la forma más extendida de financiación es el préstamo y que las exigencias de los bancos para contratarlos han aumentado. Además nos dice que las PYMES sienten cada vez menos confianza en las negociaciones con bancos. En España un 17% de las PYMES tiene problemas de financiación, dato solo superado por Chipre (45%), Grecia (32%), Eslovenia (28%), Lituania (19%) y Croacia e Irlanda (18%).

Sin duda alguna, la financiación es uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las PYMES y, en un país como España, en el que el tejido empresarial está formando básicamente por éstas supone un grave problema para lograr que nuestra economía termine de recuperarse.
 
Fuente: Small Business Act – España 2012
 
La Unión Europea, con la intención de que esta situación cambie, está llevando a cabo varios proyectos. Algunos son programas como COSME[2], el cual persigue mejorar el acceso de las pymes a la financiación en forma de capital y de deuda a través de intermediarios financieros; mejorar el acceso de las empresas a los mercados; mejorar las condiciones generales para la competitividad y la sostenibilidad de las empresas y en particular las pymes; y promover el emprendimiento.
Otro de los programas que la UE tiene en marcha es Horizonte 2020  para la investigación y la innovación, con el que se trata de minimizar la burocracia y busca crear un mercado único del conocimiento, la investigación y la innovación. La UE ofrece también  programas para asesorar e informar a los pequeños y medianos empresarios acerca de las opciones de las que dispone, otro de los hándicap  a los que se enfrentan, pues en la mayoría de los casos no tienen el suficiente conocimiento acerca de las posibilidades que tienen a la hora de financiarse.
En la UE numerosos organismos están llevando a cabo tareas en el mismo camino. Un ejemplo es el Fondo Europeo de Inversiones. Este organismo tiene como función cubrir a un banco de impagos siendo avalista de sus clientes y promover el capital riesgo, así se facilita y abarata la operación. Actualmente tiene en marcha un proyecto llamado InnovFin[3] con el que se trata de mitigar los problemas de las PYMES que, al carecer de patrimonio que sirva de aval, tienen con demasiada frecuencia la negativa a un plan de financiación. El plan InnovFin comprometerá 10.000 millones en siete años para que fluya el préstamo a pymes innovadoras en Europa y el primer banco que lo pondrá en marcha será Bankinter. Este acuerdo se ha alcanzado a principios del mes de noviembre.
Otra dificultad que se encuentran las PYMES en su actividad es la negociación de los plazos de cobro y pago. Debido a su tamaño suelen tener menor poder de negociación con proveedores y consiguen plazos de pago menores, mientras que sus clientes que en muchas ocasiones son grandes empresas, pueden pagar en plazos muy flexibles, lo que supone una brecha que dificulta la gestión de estas empresas. Estos días se han hecho públicos datos acerca de los plazos de pago de las empresas del Ibex35 en comparación con PYMES[4]. Las empresas del Ibex35 necesitan 169 días para pagar sus facturas, pero en cambio sólo tardan 78 en cobrarlas.
En el punto opuesto están las micropymes, formadas por entre 1 y 9 trabajadores, que tardan una media de 76,7 días en pagar -curiosamente, una cifra muy similar al periodo de cobro de las grandes. La media para las pequeñas empresas -entre 10 y 49 trabajadores- es 80,4 días y 85,9 días para las de tamaño mediano, es decir, de 50 hasta 250 empleados. Antoni Cañete, presidente de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM), denuncia que "estos datos evidencian que algunas de las grandes compañías se financian, en cierta manera, a costa de sus propios proveedores, que son en su mayoría PYMES y autónomos" [5].
Añadido a estas dificultades financieras están la falta de conocimiento acerca de los mercados, de cómo calcular costes, cómo planear la producción adecuadamente o la falta de organización interna. Por ello creo necesario que se ofrezcan servicios de asesoría, así como charlas informativas para concienciar a los empresarios de la importancia que tienen estas cuestiones para el buen funcionamiento de la empresa. Estos problemas han llevado numerosas empresas al fracaso e incluso a situaciones extremas de quiebra y liquidación.
A pesar de estos datos, no todo es negativo y las últimas expectativas de crecimiento para las PYMES han mejorado sustancialmente con respecto al año anterior. Esperamos que con las medidas que se tomen desde gobierno y Europa se pueda ayudarlas y se logre que su situación siga esa tendencia positiva pues creo que esto tendría efecto en la mejora situación de la economía pues las pymes dan trabajo a mucha gente que notarían las mejoras de forma directa, cosa que no se logra con otros programas que lleva a cabo el gobierno y que la mayoría de los hogares españoles no perciben.
Lucía Pampín Pazos  
 

 

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