Recientemente una
encuesta de la Comisión Europea sobre
el acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas en la UE[1]
nos revela que más de un tercio de las empresas encuestadas no consiguen la
totalidad de los préstamos bancarios que necesitan. Este estudio también nos
muestra que la forma más extendida de financiación es el préstamo y que las
exigencias de los bancos para contratarlos han aumentado. Además nos dice que las
PYMES sienten cada vez menos confianza en las negociaciones con bancos. En
España un 17% de las PYMES tiene problemas de financiación, dato solo superado
por Chipre (45%), Grecia (32%), Eslovenia (28%), Lituania (19%) y Croacia e
Irlanda (18%).
Sin duda alguna, la financiación es uno de los
principales obstáculos a los que se enfrentan las PYMES y, en un país como
España, en el que el tejido empresarial está formando básicamente por éstas
supone un grave problema para lograr que nuestra economía termine de recuperarse.
Fuente: Small Business Act – España 2012 |
La Unión Europea, con la intención de que esta situación
cambie, está llevando a cabo varios proyectos. Algunos son programas como COSME[2], el cual
persigue mejorar el acceso de las pymes a la financiación en forma de capital y
de deuda a través de intermediarios financieros; mejorar el acceso de las
empresas a los mercados; mejorar las condiciones generales para la competitividad
y la sostenibilidad de las empresas y en particular las pymes; y promover el
emprendimiento.
Otro de los programas que la UE tiene en marcha es Horizonte
2020 para la investigación y la
innovación, con el que se trata de minimizar la burocracia y busca crear un
mercado único del conocimiento, la investigación y la innovación. La UE ofrece
también programas para asesorar e
informar a los pequeños y medianos empresarios acerca de las opciones de las
que dispone, otro de los hándicap a los
que se enfrentan, pues en la mayoría de los casos no tienen el suficiente
conocimiento acerca de las posibilidades que tienen a la hora de financiarse.
En la UE numerosos organismos están llevando a cabo tareas en
el mismo camino. Un ejemplo es el Fondo Europeo de Inversiones. Este organismo
tiene como función cubrir a un banco de impagos siendo avalista de sus clientes
y promover el capital riesgo, así se facilita y abarata la operación. Actualmente
tiene en marcha un proyecto llamado InnovFin[3] con el que se trata de mitigar los
problemas de las PYMES que, al carecer de patrimonio que sirva de aval, tienen
con demasiada frecuencia la negativa a un plan de financiación. El plan
InnovFin comprometerá 10.000 millones en siete años para que fluya el préstamo
a pymes innovadoras en Europa y el primer banco que lo pondrá en marcha será
Bankinter. Este acuerdo se ha alcanzado a principios del mes de noviembre.
Otra
dificultad que se encuentran las PYMES en su actividad es la negociación de los
plazos de cobro y pago. Debido a su tamaño suelen tener menor poder de
negociación con proveedores y consiguen plazos de pago menores, mientras que
sus clientes que en muchas ocasiones son grandes empresas, pueden pagar en
plazos muy flexibles, lo que supone una brecha que dificulta la gestión de
estas empresas. Estos días se han hecho públicos datos acerca de los plazos de
pago de las empresas del Ibex35 en comparación con PYMES[4]. Las empresas del
Ibex35 necesitan 169 días para pagar sus facturas, pero en cambio sólo tardan
78 en cobrarlas.
En el punto opuesto están
las micropymes, formadas por entre 1 y 9
trabajadores, que tardan una media de 76,7 días en pagar -curiosamente, una cifra muy similar al periodo de
cobro de las grandes. La media para las pequeñas empresas -entre 10 y 49
trabajadores- es 80,4 días y 85,9 días para las de tamaño mediano, es decir, de
50 hasta 250 empleados. Antoni Cañete, presidente de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM),
denuncia que "estos datos evidencian
que algunas de las grandes compañías se financian, en cierta manera, a costa de sus propios proveedores, que son en
su mayoría PYMES y autónomos"
[5].
Añadido a estas
dificultades financieras están la falta de
conocimiento acerca de los mercados, de cómo calcular costes, cómo planear la
producción adecuadamente o la falta de organización interna. Por ello creo
necesario que se ofrezcan servicios de asesoría, así como charlas informativas
para concienciar a los empresarios de la importancia que tienen estas
cuestiones para el buen funcionamiento de la empresa. Estos problemas han
llevado numerosas empresas al fracaso e incluso a situaciones extremas de quiebra
y liquidación.
A
pesar de estos datos, no todo es negativo y las últimas expectativas de
crecimiento para las PYMES han mejorado sustancialmente con respecto al año
anterior. Esperamos que con las medidas que se tomen desde gobierno y Europa se
pueda ayudarlas y se logre que su situación siga esa tendencia positiva pues
creo que esto tendría efecto en la mejora situación de la economía pues las
pymes dan trabajo a mucha gente que notarían las mejoras de forma directa, cosa
que no se logra con otros programas que lleva a cabo el gobierno y que la
mayoría de los hogares españoles no perciben.
Lucía
Pampín Pazos
[1] Informe de 2013 sobre el acceso a la financiación de las pequeñas y medianas empresas. http://ec.europa.eu/enterprise/policies/finance/files/2013-safe-analytical-report_en.pdf
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