sábado, 10 de diciembre de 2016

El “Dieselgate”


Por: Iván Vidal Dintén
(alumno del curso 2016-2017)

"La hemos cagado por completo. Hemos sido deshonestos con todos ustedes. Pagaremos lo que tengamos que pagar". Estas son las palabras de Michael Horn, presidente y consejero delegado de Volkswagen en EEUU el 21 de septiembre de 2015, día en el que se destapaba uno de los mayores fraudes en la industria de la automoción. La compañía había trucado 11 millones de coches diésel en todo el mundo para engañar a las agencias medioambien-tales sobre las emisiones de sus vehículos.
Volkswagen es una de las compañías más poderosas del mundo, con marcas como Audi, Volkswagen, Skoda, Seat, Bentley, Porsche, Bugatti, Ducati, etc. Actualmente, es el mayor fabricante de vehículos de Europa y el segundo mayor fabricante de automóviles del mundo[1].
Las señas de identidad de la empresa siempre han sido la calidad, la tecnología alemana, el prestigio de marcas, la seguridad, el compromiso…  y ahora todo está en el aire (nunca mejor dicho). Este escándalo ha dañado gravemente la imagen de la empresa, que además fue castigada en bolsa con un desplome del 17% nada más saberse la noticia[2], con lo que el valor de mercado de la compañía perdió casi 25.000 millones de euros y costó el puesto al director general del grupo Volkswagen, Martin Winterkorn.
El caso representa, a todos los efectos, el fracaso absoluto de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la compañía. Volkswagen decidió de manera completamente consciente que no importaba "envenenar" a todo el planeta, emitiendo cuarenta veces más óxidos de nitrógeno que la cantidad legalmente permitida, si con ello conseguían situarse como la primera marca de automóviles del mundo.
Según su web corporativa, en RSC nos dice que “el compromiso con la sostenibilidad, el medio ambiente y la sociedad constituyen los valores principales de la responsabilidad social corporativa de Volkswagen-Audi España”. Dentro de esta RSC destaca el programa “Think Blue”[3] que “tiene como prioridad la protección medioambiental y la conducción sostenible. Unir tecnologías más eficientes y naturaleza. Eso es Think Blue”. Con este cinismo, también se pierde la ética empresarial y se rompen los principios morales que deberían regir en cualquier negocio o actividad publicitaria.
Esto nos lleva a pensar que la RSC es meramente un departamento que se dedica a responsabilidades de lavado de imagen y a decorar la memoria corporativa, cuando en verdad todas las acciones de una empresa, salvo las meramente simbólicas, se orientan únicamente a la maximización del beneficio por todos los medios posibles. Aunque también es cierto, como bien dicen los autores Braley, Myers y Marcus en su libro "Fundamentos de Finanzas Corporativas"[4]¿Justifica el objetivo de maximización del beneficio de las empresas incrementar el valor de las acciones por medio del fraude, del engaño o de manera contraria a la ética? Por supuesto que no, el Delito no Genera Beneficios”.
A pesar de todo esto, las palabras se las lleva el viento (al igual que los gases) y las personas olvidamos pronto, ya que Volkswagen sigue siendo la marca de coches más vendida en 2015 en España, en Europa y en el Mundo[5], con un incremento del 14,7%, del 8% y del 2,1% respectivamente (¡Bravo!).
También es verdad, que en los últimos 12 meses, la compañía que era el orgullo de la primera economía europea ha registrado las mayores pérdidas de su historia y ha dotado provisiones y pagado indemnizaciones milmillonarias. Las provisiones que ha dotado para hacer frente al escándalo hicieron que el resultado de 2015 cayera hasta unas pérdidas netas de 1.582 millones de euros. El año anterior había ganado 10.847 millones[6]. Su acción ronda hoy los 120€[7], mientras que a principios del año pasado estaba en los 250€.
Pese al escándalo mayúsculo en el que han metido a la empresa, los directivos llevan tiempo luchando por mantener los bonus millonarios a los que tienen derecho (haciendo honor a su ética empresarial) gracias a los buenos resultados obtenidos en años anteriores. La compañía anunció que los beneficiarios de estos pagos extraordinarios han aceptado renunciar a un 30%; pero no de forma definitiva. La empresa retendrá este dinero durante tres años, y en función de la evolución de la acción en este periodo, los ejecutivos lo recobrarán todo o en parte (ya a nivel personal podría decirles que deberían “bajarse los humos”, no sé si me explico...).
 
Al mismo tiempo, la matriz empresarial ha decidido que para “adaptarse a los nuevos tiempos” debe recortar costes, eliminar puestos de trabajo y aumentar la productividad. Este plan de ahorro incluye la supresión de 30.000 empleos hasta 2020 (de estos, 23.000 están en Alemania y los 7.000 restantes se distribuyen entre Argentina y Brasil principalmente)[8].
Tampoco es la primera vez que Volkswagen tiene que pagar por un desfalco. Hablamos del caso de “SuperLópez”, un conflicto de intereses o incluso un problema de agencia. Rondan los años 90 y General Motors acusa al ingeniero español José Ignacio López de Arriortúa de haberse llevado documentos confidenciales de la empresa cuando fue contratado por Volkswagen. En el año 1997 la compañía automovilística alemana se comprometió a pagar 100 millones de dólares a su competidora norteamericana. Además tuvo que comprarles piezas durante siete años por un importe de 1.000 millones de dólares[9].
No es este el único caso de fraude y negligencia en la industria automovilística. El gigante fabricante norteamericano, General Motors (2016), y el mayor fabricante de automóviles de Corea del Sur, Hyundai y su filial KIA (2013), han sido acusados de haber exagerado sus cifras de eficiencia de combustible de algunos de sus vehículos. General Motors (2015) además, ocultó durante años el defecto del sistema de ignición que afectó a millones de vehículos permitiendo la desactivación involuntaria y repentina del motor del vehículo, lo que desconectaba sus airbag, dejando a sus ocupantes sin protección en caso de impacto. Y Toyota (2009,) realizó una llamada a revisión de algunos modelos de sus vehículos debido a que el acelerador se bloqueaba, lo que hacía que el motor acelerase sin el control del conductor.
Como conclusión decir que la industria de la automoción es un mero ejemplo del sector empresarial, referido a su significado global o en conjunto. Solo hace falta buscar en Internet por Fraudes Empresariales o Escándalos Financieros para darnos cuenta de la magnitud de casos semejantes que resaltan la codicia, vileza, inmoralidad, ruindad e irresponsabilidad de las compañías, los accionistas y los directivos, y de las personas en general.


[4] BREALEY, R.; MYERS, S. y MARCUS, A. (2007): Fundamentos de Finanzas Corporativas (5ª edición), McGraw Hill-Interamericana de España. Capítulo 1.
 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

.... Un caramelo envenenado para las Pymes

TTIP y CETA (segunda parte)


En la actualidad, las Pymes representan un 99,8% de la totalidad de las empresas registradas en la Unión Europea (UE), teniendo una dimensión media que oscila entre menos de cinco empleados en el caso de España. Sin embargo las Pymes en su mayoría no disponen de los recursos para aprovechar el TTIP y el CETA en los mismos términos que las grandes empresas.

Aunque uno de los principales objetivos de ambos acuerdos sea reducir las tarifas arancelarias, tiene especial relevancia la armonización de las regulaciones en áreas como la calidad alimentaria, la sanidad y el medio ambiente en EEUU y en Europa. Éste es un aspecto de interés para las Pymes, ya que podrían reducir el número de tediosos procedimientos que deben cumplir pero a costa de perder competitividad en el mercado. Entonces las Pymes tendrán que decidir entre bajar significativamente sus costes para seguir siendo competitivas, o transformar por completo su negocio y sistema de producción en muy poco tiempo. Finalmente, estas decisiones resultarán desastrosas para estas empresas, las cuales se verán obligadas a declararse insolventes y cerrar, aumentando así el desempleo y la inestabilidad económica.

Si nos centramos en la situación de nuestro país vemos cómo este tipo de empresas actúa principalmente a nivel regional, llegando a realizar exportaciones en el ámbito europeo en muy pocas ocasiones. De esta manera, consiguen aprovechar los beneficios de compartir un mercado único entre 28 países, 19 de los cuales comparten la misma moneda. No obstante, exportar a otros países europeos supone un gran reto, ya que, en muchos casos, estas empresas no cuentan con los recursos necesarios para ello.

Las opiniones sobre estos acuerdos en España son muy diversas y varían en función de las actividades principales de cada región. Los agricultores y ganaderos consideran su sector especialmente sensible por la posible entrada de productos norteamericanos que hayan pasado menos controles de seguridad alimentaria. Los efectos negativos de ambos acuerdos en el ámbito de la agricultura se pueden fácilmente comparar con los resultados obtenidos por el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre EEUU, Canadá y México). Muchos de los estudios realizados concluyen que el impacto del NAFTA en las pequeñas explotaciones agrícolas Mexicanas fue devastador, ya que millones de granjas del país desaparecieron debido a la masiva llegada de productos agrícolas procedentes de EEUU.

Por otro lado, en Galicia las denominaciones de origen son una de las grandes preocupaciones de muchos productores como los del queso Tetilla, el vino Rías Baixas o la Ternera Gallega. Un gran número de las Pymes afincadas en Galicia dedican su actividad al sector ganadero, el cual se ve fuertemente afectado la apertura del sector debido a que no serían capaces de hacer frente a las grandes explotaciones ganaderas del gigante canadiense.

Como solución a estos conflictos la UE propone asesorar a las PYMES a través de la creación de páginas web e intercambio de información y bases de datos. Pero, ¿es ésta realmente una ayuda suficiente para las PYMES europeas?

Fuentes datos:
http://aitec.reseau-ipam.org/IMG/pdf/ttip_ceta_y_contractacion_publica.pdf

Ana Gómez Sánchez
Iria González Argibay

martes, 25 de octubre de 2016

TTIP y CETA, mucho más que acuerdos de libre comercio...


El pasado miércoles Dimitri Barua, jefe de prensa de  la Comisión Europea en España, ha impartido una interesante conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, en la cual dio a conocer los aspectos más característicos del Acuerdo con Canadá (CETA) y del Acuerdo de Libre Comercio con EEUU (TTIP).

 
El TTIP se votó a principios del 2013 con el objetivo de incrementar el comercio y la inversión entre EEUU y la Unión Europea. Este acuerdo está pensado para mejorar el acceso a los mercados, la contratación pública y a los servicios, reduciendo tanto las tarifas aduaneras cómo los trámites burocráticos y producir un incremento de las exportaciones.

Sin embargo, las negociaciones se están convirtiendo en un proceso largo y espinoso, ya que se está tratando mucho más que un acuerdo de libre comercio. Otros objetivos como armonizar normas, controles y exigencias administrativas, coordinar las leyes o facilitar las inversiones, están complicando las negociaciones debido a los intereses individuales de cada una de las partes. Estas tensiones han llevado a una temprana división entre detractores y partidarios del proceso.

La cooperación regulatoria es un punto clave en el acuerdo, la cual afectará principalmente a nueve sectores (farmacéutico, textil, automoción...), intentando armonizar así la legislación económica entre EE.UU y la Unión Europea. En lo referente a las normas, se pretende negociar un mutuo reconocimiento de ellas para eliminar las restricciones, especialmente en las referentes al desarrollo sostenible, normas laborables, energía, Pymes, protección de la inversión e indicaciones geográficas.

Un punto importante que se intenta negociar es la creación de un tribunal de arbitraje, el cual permita a las empresas obviar el sistema jurídico de cada país y recurrir directamente ante esta instancia cuando crea que un Estado se ha saltado lo convenido en el tratado, con la posibilidad de imponer multas multimillonarias, evitando de esta manera casos como el sucedido con Repsol en Argentina. No obstante, es importante destacar que ningún acuerdo irá en contra de los derechos de los gobiernos de regular su propia economía.

Este asunto ha causado cierta controversia en la ronda de preguntas, puesto que la transparencia en el proceso de nombramiento de los jueces de dicho tribunal es un tema de alto interés debido a los numerosos casos de corrupción que han sucedido en nuestro país en los últimos tiempos.

Por otra parte, también se ha hablado sobre el acuerdo de libre comercio entre Canadá y la UE (CETA). A diferencia del TTIP, el acuerdo entre Canadá y la UE se concluyó en 2014 y de él sí se puede decir que la transparencia ha estado totalmente ausente en el proceso, ya que ni el Parlamento Europeo ni la ciudadanía han tenido acceso a los documentos durante las rondas de negociaciones.

Sus principales objetivos son aumentar las relaciones bilaterales de comercio e inversión, eliminando obstáculos arancelarios y no arancelarios que dificultaban las exportaciones para las empresas europeas, en la mayormente las pymes.

En el comercio de bienes se eliminarán prácticamente todo tipo de aranceles, excepto para determinados productos sensibles de agricultura y pesca, en los cuales se mantendrá un tratamiento específico  e incluso algunos quedarán excluidos de los compromisos de liberación. El acuerdo también permitirá reforzar la presencia comercial en el sector servicios, evitar las dobles homologaciones mediante los certificados de conformidad, proteger las denominaciones de origen mediante localizaciones geográficas reconocidas y facilitar el acceso al mercado de compras públicas canadiense.

En España la opinión se encuentra dividida, ya que por una parte estos tratados afectan positivamente a las pymes exportadoras de algunos sectores, como el textil y confección, conservas de pescado y otros productos agroalimentarios, mejorando su posición con respecto a otros países que tienen que pagar dichos aranceles aduaneros. Sin embargo, otros sectores, como por ejemplo el ganadero, se verán fuertemente afectados a pesar de que la eliminación de las restricciones aduaneras no sea total, ya que tanto Canadá como EEUU son más competitivos en este ámbito. Por otra parte también se teme que estas políticas afecten negativamente a la legislación que protege los derechos de la ciudadanía y el medioambiente, ya que los estándares en estos temas son sensiblemente diferentes entre los tres países.

Por lo tanto, solo nos queda esperar y ver si unos tratados pensados para beneficiar a tres grandes potencias no acabarán afectando a las regiones más desfavorecidas. Esto, sólo el tiempo lo dirá.

Ana Gómez Sánchez e Iria González Argibay
Alumnas de 4º Grado ADE

sábado, 16 de enero de 2016

Perspectivas de la economía argentina para el 2016

En lo que respecta a finanzas, lo primero que debe hacer el gobierno es equilibrar el déficit fiscal (gasta más de lo que le entra) provocando esto un desequilibrio del -4% con respecto al PBI. Esto provoca tener un estado sobredimensionado ineficiente y costoso que termina recayendo sobre las empresas con mayores cargas fiscales, “costos” que las hacen menos competitivas a la hora de competir con sus exportaciones.

Debe controlar la inflación hace 9 años que tenemos la inflación más alta del mundo, produciendo esto todo tipo de desequilibrio. En un momento para incentivar el consumo y reactivar la economía se adoptó una política expansiva desde el punto de vista monetario emitiendo moneda, generando más consumo, pero esto con el tiempo genero un exceso de demanda sobre la oferta e hizo que las empresas comenzaran a aumentar los precios para equilibrar la demanda/oferta generando aumentos de precios excesivos provocando una espiral inflacionaria.  A partir de ahora el gobierno deberá trabajar sobre el control de la inflación, desalentando el consumo, aumentando las tasas de interés para que la gente prefiera ahorrar antes que consumir y generar productividad en el sector privado para que puedan mejorar sus costos, ser más competitivos y poder así bajar los precios.

Otro aspecto importante es el retraso cambiario. El primer paso ya se dio con una devolución del 40% que permitió hacer más competitivas las exportaciones y bajando las retenciones a las exportaciones agrícolas, principal riqueza de nuestro país para alentar las exportaciones. No obstante si la inflación sigue a este ritmo la devaluación quedara licuada rápidamente (es decir que los costos internos vuelven el dólar al punto de partida sin ganar competitividad), por eso es tan importante que puedan controlar el alza de precios.

Argentina tienen un nivel de endeudamiento externo muy bajo, arreglando con los holdout, podría recuperar el financiamiento externo para financiar obras de infraestructura que permitan reactivar el trabajo y conseguir mayor competitividad, sobre todo del campo con mejores transportes, construyendo rutas y extendiendo el ferrocarril hasta lugares donde se producen gran cantidad de cultivos y el transporte es muy elevado. Invirtiendo también en el sector energético,  el costo de comprar energía en el exterior es muy elevado y se lleva gran cantidad de las reservas. El financiamiento permitirá recomponer las reservas, permitiendo al Banco Central controlar el tipo de cambio $/USD que si bien hoy flota en el mercado según la oferta y demanda, podría producirse un exceso de demanda que implicaría una suba del tipo de cambio que a través de la oferta del Banco Central podría controlarla.

Por último, para ajustar el estado y la economía en general el gobierno deberá tomar medidas impopulares con lo cual no deberá descuidar los aspectos políticos, sociales y sindicales, teniendo en cuenta que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras, deberá en todo momento buscar acuerdos que la permita tener un clima de gobernabilidad, teniendo en cuanta por otra parte que los primeros meses, los gobiernos entrantes tienen handicap de unos meses, si no hay resultados este se agota. Por otra parte en el año 2017 hay elecciones legislativas y que si quieren tener mayoría en las cámaras (senadores y diputados) deberán tener una economía medianamente equilibrada.
Joaquín Pereyra Sanmartín
Alumno Curso 2015-16