Lo primero que se le viene a uno a la cabeza, o al menos a la
mía, al escuchar la frase “conferencia del director financiero de...” es que
se avecina un evento más bien
sobrio, frío, impersonal, en el que las cifras y los ratios van a campar a sus
anchas. Pues bien, me alegra decir que en el caso de la impartida por Ignacio Fernández, Director Financiero del grupo Inditex, mis ideas
preconcebidas no podían estar más equivocadas.
Nunca habría imaginado que en su lugar iba a encontrarme con una persona hablando sobre un
tema como las finanzas con la misma pasión
con la que mi padre lo hace sobre el Real Madrid. En algún momento
incluso llegue a pensar que su silla, que servía al mismo tiempo de contención,
no iba a aguantar todo el énfasis y el lenguaje corporal con el que el director
financiero de Inditex reafirmaba sus argumentos.
Durante las dos horas que duró su intervención, Ignacio
Fernández no solo abordó los aspectos más
estrictamente profesionales y técnicos que rodean la labor que atañe al
responsable de las finanzas de una organización del calibre de Inditex, sino
que además nos brindó alguna que otra reflexión de carácter más personal que, en mi opinión, no son menos
importantes y que, creo, pueden ayudar a humanizar un poco la figura de
director financiero u otros cargos importantes.
Adentrándonos un poco en lo que comentó sobre su actividad,
me quedo con la dimensión que cobra el papel del director financiero de una
organización que opera en un ámbito internacional, en términos de gestión de
divisas, gestión aduanera y la importancia de la relación con las entidades
financieras de los mercados en los que está presente. Factores que, a priori,
yo no habría situado en los puestos altos de la lista de responsabilidades del
cargo; pero que sin embargo, y a la luz de lo que nos expuso, son vitales para
una buena planificación y gestión.
Además de esto, nuestro invitado resaltó las particularidades
de la política de gestión financiera que lleva a cabo Inditex. Concretamente,
subrayó la más que saludable posición de caja que tienen, las ventajas y la maniobrabilidad que les
proporciona su método de pago a proveedores; y la flexibilidad de su política
de gasto y del nivel de apalancamiento del mismo.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención, al margen del
vocabulario y los términos que empleaba
para hablar de finanzas, fue el conocimiento global que demostró poseer
sobre la organización en su conjunto.
Una visión panorámica que, a mi parecer, esconde la clave para llevar a cabo su
actividad con éxito: no disociar la gestión financiera de la empresa de su
actividad como negocio.
A modo de comentario personal, la visita de Ignacio Fernández
me ha servido también para entender de manera muy clara el por qué pasar de ser
CFO de una compañía a CEO es una transición habitual dentro del mundo
empresarial, ya que ser director financiero implica conocer al detalle como
funcionan los engranajes que mueven la organización.
Sin olvidarnos de que el hecho de que una persona como
Ignacio Fernández, egresado de la Universidad de Santiago, haya alcanzado
semejante éxito profesional es cuanto menos alentador para todos aquellos que
nos encontramos a día de hoy aquí pelando por nuestro título.
Rafael Montero Gómez
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