Hugo Álvarez Castrillo, curso 2024-25.
Aunque este ámbito está tradicionalmente dominado por los hombres, las mujeres
están empezando a ocupar su lugar en el mundo del capital riesgo, abriendo nuevas
puertas para el crecimiento de la diversidad y la inclusión en el ecosistema empresarial
gallego.
En este post profundizamos en la realidad del capital riesgo en Galicia,
su historia, su evolución y en cómo la participación de hombres y mujeres empieza
a convertirse en un factor clave para construir un ecosistema más justo y sostenible.
El origen y desarrollo del capital riesgo
Sobre el origen del capital riesgo podemos remontarnos a finales del siglo
XVIII. En los Países Bajos, un comerciante llamado Adriaan van Ketwich tuvo la idea
de poner en común los recursos de distintas personas, con la expectativa de diversificar
el riesgo, un concepto que hasta ese momento era muy poco conocido. Lo primero que
hizo fue “invitar” a familiares y conocidos a que transmitiesen sus bienes y derechos
de propiedad a un “fondo”, convenciéndoles de que él los podía administrar comprando
bonos públicos (de países europeos y de plantaciones coloniales en América Central
y del Sur), y garantizándoles una cierta rentabilidad (4%). Y todo a cambio de una
baja comisión (0,20% anual). Este fondo de inversión, que podría considerarse el
primero de la historia, dio origen a una sociedad denominada “Eendragt maakt
Magt”, una expresión holandesa que se podría traducir por “la unión hace la
fuerza”, que refleja la mentalidad colaborativa de los comerciantes holandeses:
la unión de recursos para fortalecer la posición de cada individuo.
Hoy en día, el capital riesgo es una industria global que proporciona financiación
para nuevos proyectos con alto potencial de crecimiento. En España, y especialmente
en Galicia, los fondos de inversión han cobrado importancia con el apoyo de instituciones
públicas y privadas que buscan diversificar sus carteras invirtiendo en empresas
innovadoras. Las industrias clave incluyen la biotecnología, la inteligencia artificial,
las energías renovables y la tecnología espacial, todas las cuales tienen un impacto
significativo en la economía regional.
Galicia como centro de innovación y capital riesgo
Galicia es una región con un fuerte carácter emprendedor. A pesar de los
desafíos geográficos y económicos, la región ha logrado establecerse como un ecosistema
de startups próspero. Esto se debe en gran medida al trabajo de entidades como XesGalicia,
Unirisco, ZubiCapital y StartUp Galicia, que han ayudado a financiar proyectos de
innovación en una fase temprana. Uno de los aspectos más positivos de la estrategia
gallega es la cooperación entre universidades, investigadores, empresas y administración
pública.
XesGalicia, por su parte, gestiona casi 300 millones de euros en diversos
fondos que invierten en empresas que contribuyan al desarrollo económico y social
de la región. Utilizando este modelo, el capital riesgo apoya la consolidación del
tejido industrial gallego. También de iniciativa pública son las aceleradoras sectoriales,
como la Business Factory Aero, situada en la provincia de Lugo, que apoya a nuevas
start-ups del sector de la aviación, y Via Galicia, que facilita la conexión entre
nuevos proyectos y potenciales inversores,. Además, Galicia ha logrado hacerse un
hueco en áreas estratégicas como la biomedicina, la tecnología de drones, las energías
renovables y la automoción, con empresas como Stellantis impulsando grandes proyectos.
Estas medidas son fundamentales para reforzar la posición de la región como centro
tecnológico de España y Europa.
La cuestión de género en el capital riesgo
Aunque el panorama gallego ofrece un ecosistema empresarial innovador y
de rápido crecimiento, uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria
del capital riesgo, no solo en Galicia sino a nivel mundial, es la falta de diversidad
de género. Las estadísticas son claras: el capital de riesgo sigue siendo una industria
dominada por los hombres, con un número significativamente menor de mujeres tanto
entre los fundadores de nuevas empresas como en puestos clave en fondos de inversión.
Las razones de esta brecha de género son variadas y complejas. En primer lugar,
muchas mujeres tienen problemas para acceder a redes de apoyo, mentores o inversores,
lo que les dificulta conseguir financiación. Además, los prejuicios y estereotipos
de género siguen influyendo en las decisiones de inversión, y los proyectos liderados
por mujeres a menudo se consideran menos atractivos o más riesgosos. Sin embargo,
en los últimos años esta tendencia ha empezado a cambiar, y Galicia no es una excepción.
Mujeres como Patricia González, Gerente del área de Investment Banking X-tech
de ABANCA, Carmen Pumariño, directora de inversiones del fondo de inversión de impacto
ZubiCapital y presidenta de la asociación StartUp Galicia, y Yolanda Falcón, directora
de gestión de participadas en Xesgalicia (también miembro de Level20, una iniciativa
que trata de visibilizar el papel de las mujeres en la industria del venture capital),
son buenos ejemplos de que las cosas están cambiando. Estas mujeres no sólo están
teniendo éxito en una industria altamente competitiva, sino que también están ayudando
a crear espacios más inclusivos donde las empresarias pueden prosperar.
Inversión de impacto: un modelo de negocio sostenible
En los últimos años, la tendencia de la inversión de impacto se ha vuelto
más pronunciada. La inversión de impacto se refiere a proyectos que no sólo generan
beneficios económicos sino también beneficios sociales y ambientales. Con este enfoque,
las inversiones tienen un propósito claro: mejorar la vida de las personas y el
entorno en el que operan las empresas, generando al mismo tiempo retornos financieros.
En Galicia, ZubiCapital y otros fondos implementan modelos de inversión
de impacto con programas que apuntan a generar cambios positivos a largo plazo.
Este enfoque se basa en la teoría del cambio, una estrategia que mide el
impacto social y ambiental de cualquier inversión, asegurando que las empresas no
sólo obtengan beneficios, sino que también contribuyan al bienestar de la sociedad
y a la sostenibilidad del planeta.
El sector biomédico y de energías renovables de Galicia ha sido un terreno
fértil para este tipo de inversiones, ya que los proyectos innovadores en estas
áreas buscan no sólo generar beneficios, sino también impactar directamente en la
salud pública, la calidad de vida y reducir la huella de carbono.
Conclusión: el futuro del capital riesgo en Galicia
Galicia tiene un gran potencial para el desarrollo del capital riesgo, con
un ecosistema cada vez más innovador y un buen entorno empresarial. Las universidades
gallegas son la cuna del talento en áreas clave para la innovación empresarial,
como ingenierías, biomedicina y tecnologías digitales y de IA, contribuyendo desde
la investigación y la formación al desarrollo de nuevos proyectos de innovación
tecnológica. Es muy importante seguir avanzando en la presencia de mujeres en este
proceso, no sólo para garantizar la equidad, sino también para mejorar la innovación
y la sostenibilidad en el ecosistema empresarial gallego. Es necesario seguir promoviendo
un cambio de mentalidad y abordar las barreras que aún existen para las mujeres
en el capital de riesgo. La participación activa de las mujeres no sólo ayudará
a promover la diversidad, sino que también fortalecerá toda la industria y hará
de Galicia un modelo de ecosistema empresarial más inclusivo, justo y sostenible.
*Este post ha sido elaborado por Hugo Álvarez Castrillo, alumno de 4º curso del Grado de ADE, curso 2024-2025, tras la celebración de la mesa redonda sobre “Financiación alternativa: Venture Capital para startups” celebrada el 11 de noviembre de 2024, como parte de las actividades de la asignatura.